Llevamos varios días seguidos con temperaturas muy altas, como si se fuera cociendo algo internamente que necesita mucho calor para poder ser cocinado en condiciones…
De repente ayer por la tarde, la tormenta trajo la lluvia que cambió la temperatura del guiso interno. ¡Parece que de tanto calor el guiso se estaba quedando sin agua!
Mi sentir es que este guiso interno mueve cimientos y nos invita a recordar que al cocinar , la fuerza del fuego y la acogida del agua unid@s cohesionan los alimentos. Los transforman en UN guiso.
El TÚ y el YO se convierte en nosotr@s:
» Corrió la cortina y vio a su madre llorando. Entonces se dio cuenta de que todas las lágrimas no iban al mar… Las lágrimas de su madre no corrían por sus mejillas, se quedaban asustadas en las pestañas . Quería acercarse a ella pero no sabía como hacer…y se dio cuenta de que el puente era el silencio . Se acercó lentamente caminando por el puente sutilmente. Al sentir su presencia su madre levantó la mirada , él con lágrimas en los ojos le dijo :
Te amo mamá, permitamos que nuestras lágrimas regresen al mar….y las lágrimas unidas empezaron a rodar…»
Este texto nace a 10 grados menos que ayer después de la lluvia. Me recuerda que a veces pedimos o damos demasiadas explicaciones y que algo sencillo, sutil, amoroso como compartir la presencia en silencio, nos abre un nuevo camino… y que la receta del guiso se llama empatía.