EL REGALO DE LA VIDA

Hoy celebro 92 días y 184 publicaciones en redes sociales, un reto que me propuse como autodescubrimiento.

A lo largo de estos tres meses he sentido muchas cosas, entre publicación y publicación y malabarismos varios para ser constante, me he adentrado en la jungla de las redes con mi experiencia, mi mensaje y mi propio proceso de autodescubrimiento.

Ha sido como si me hubiera subido a un tren de 9 vagones…

En el primer vagón me he encontrado con la AUTOESTIMA que me ha ha recordado un ejercicio que realizamos en grupo en el que todos nos poníamos con los brazos en alto pidiendo (como si fuéramos niños) que nos prestaran atención. Muchos gritos, muchos mírame…una infancia que buscaba abrazos…Me he preguntado, ¿en qué lugar decido colocarme? ¿Con los brazos alzados pidiendo atención o unidos en un AUTOABRAZO?

Decido abrazarme…

En el segundo vagón me encontré con el AUTOJUICIO que me enseñó que no existe la perfección…pues siempre hay otras formas y miradas nuevas, ninguna mejor, todas infinitas posibilidades. Entre publicación y publicación me asaltaban miles de anuncios de como ganar seguidores, como engañar al algoritmo y como no hacer como hacen todos…En fin que siempre emergía uno nuevo y con más ofertas que el del día anterior. Me recordaba a un sentimiento que he vivido durante mucho tiempo de NO SER SUFICIENTE. Creer que otros saben más que yo y que por este mismo mecanismo otros saben menos que yo con lo que … ¿Dónde decido colocarme??? ¿Chiquitica o grande?

Decido mirarme, verme y honrar mi proceso.

En el tercer vagón me encontré con el VACIO, ni likes, ni retornos, ni aplausos, ni nada de nada. Recordé todas las sesiones que he compartido con diferentes personas, todo el dolor que hemos transmutado, la alegría de acompañar a otros seres a reconectar con la frecuencia del corazón, el apoyo constante de nuestros guías…Todo ello lo he experimentado en silencio, sin público, ni aplausos, ni likes…Compartiendo historias, llantos, desgarros, reencuentros, sintiendo la CONEXIÓN que no se publica. Se vive. ¿Desde dónde decido vivir mi presente?

Decido vivir el presente desde la presencia.

En el cuarto vagón apareció la VULNERAVILIDAD en forma de comentarios hirientes y de desprecio o de comentarios muy hermosos hacia alguna de mis publicaciones. Ahí sentí un temblor, un terremoto de estar haciendo las cosas MAL o BIEN, como cuando no cumplía las expectativas de los demás, cuando lo que yo aportaba molestaba. Conecté con el ser diferente, estar loca…Con el no formar parte del clan, con querer ser aquella que los demás esperaban, para que me dieran su aprobación. Justo en esos días un niño de 14 años apareció en un programa de televisión compartiendo su pasión por el rock and roll, contaba como sus compañeros le llamaban loco y le dejaban de lado por ser anticuado, por no estar a la moda. Y el con voz relajada compartía que lo que el quería era compartir su pasión y que no iba a cambiarlo por que otros no lo sintieran como él. Mientras le escuchaba me preguntaba: ¿Qué decidía yo?

Decido conectar con mi pasión.

En el quinto vagón apareció la VANIDAD que llegó en forma de personas que venden vidas ideales, trabajando pocas horas consumiendo clientes mientras están en las Bahamas, mostrando su vida ideal. Y entonces me cortocircuité… Y me ví vestida con unas ropas que no eran mías…como cuando te dicen que el domingo hay que poner la ropa bonita y a ti no te gusta porque no te sientes tú…y te la pones, pero en realidad, estás deseando que se acabe el domingo. Y ahora,  ¿Qué decides cada día? Me pregunté…

Decido sonar como yo todos los días.

En el sexto vagón conecté con el STRESS, una avalancha de información diaria aparecía cuando publicaba, más y más información, alguna interesante, otra no tanto (a mi modo de ver claro). Sentí el quemazón del consumir por consumir, la velocidad que te aleja de sentir, el agotamiento mental…la uva pasa…la vida que pasa…sentí VERTIGO y entonces me llamaron de la escuela, nuestro hijo estaba teniendo conflicto con los compañeros de clase…Regresé ipso facto. ¿Qué decides ahora? me dije….

Decido aportar desde la calma.

En el séptimo vagón conecté con la CREATIVIDAD, el publicar todos los días me conectaba con la fuente infinita posibilidades de creación, me sentía llena, como cuando un mago saca un montón de cosas de la chistera, en la que parece que no cabe nada…Me siento como una NIÑA, sensación que sigue presente y es aplicable a todas las áreas de mi vida.  ¿Decido mantenerla?

Decido seguir conectada al movimiento interno creativo.

En el octavo vagón me encontré con el COMPARTIR, que me enriquece siempre y que es la mejor de las vitaminas que conozco, el compartir sin esperar recibir algo, sintiendo que ya recibo en ese compartir…que cada publicación tiene vida propia y su frecuencia ya sabe por dónde y a donde…¿Cómo decido compartir?

Decido disfrutar de compartirme.

En el noveno vagón me encuentro con la GRATITUD, agradezco haber sido sostenida  y haber sostenido estos tres meses publicando, y darme cuenta de que, en todo, incluidas las redes sociales hay un camino de autodescubrimiento si enfoco mi energía en ello. ¿Y ahora, qué decido?

Decido tomar EL REGALO DE LA VIDA.