AUTOCUIDADO, AUTOCONOCIMIENTO.

“…permite que el dolor te ayude a centrarte, que te sirva de algo…”

“HISTORIAS DE CHESAPEAKE”, serie de televisión.

Algun@s esperamos iniciar el año llenos de buenas intenciones…o al menos buenos pensamientos…sin embargo ¿qué ocurre cuando no es así?

En mi caso he iniciado el año con otitis aguda y vértigos asociados, inicio de año que no solo no se parece al que habría deseado, si no que dista años luz. Y por supuesto, ha cambiado por completo los planes que habíamos trazado.

Regresamos antes de lo previsto de vacaciones, pasé el 31 de diciembre en urgencias y amanecí el 1 de enero en la cama sin poder moverme. Atendida cariñosamente tanto por mi familia como por las personas de los equipos sanitarios a pesar del cambio de planes, de las fechas y del volumen de trabajo.

Cuanto amor a cada instante…

Estos días me he sentido un tanto agobiada y contrariada, a la par que agradecida por el meneo.

Hoy me dispongo a compartir lo que va brotando a raíz de este movimiento:

Hacernos ideas de las cosas, o de las personas, o de nosotr@s mism@s, hace que no podamos ver lo que vienen a desvelarnos.

Durante el episodio más fuerte de dolor en el oído sentí agradecer. Mientras lo hacía un gran martilleteo se manifestó dentro del oído y este empezó a supurar…después el dolor disminuyó.

Pensé: “todas esas cosas que acumulamos en la mente nos lastiman, sean las que sean:  planes, ideas de bienestar, lo que queremos decir, proyectos, lo que no queríamos haber dicho, lo que no nos gusta oír…

Un sinfín de sobrecargas que el cuerpo finalmente nos anima a descargar.

Y entonces oí:

“ Para, reflexiona, relaja, toma conciencia, aprende de ello, comparte y disfruta del vacío.”

Delegamos en otras personas nuestro cuidado, pensando que quizás nuestras heridas más profundas sanarán a través del cuidado de otr@s: médicos, terapeutas, amigos, familiares…

Pero nuestro cuerpo , que nisiquiera es nuestro, nos habla a nosotr@s de nosotr@s. No de otr@s.

El autocuidado, el amar conocernos a nosotr@s mism@s desde la firme voluntad de permanecer presentes en todo momento, es la clave. Otr@s pueden acompañarnos en algunos tramos del camino pero si somos honest@s hagámoslo siempre en estado de presencia.

En este vacío en el que hoy me encuentro (ni bueno ni malo, ni deseado ni odiado) me dispongo a compartir que en 2024 más que nunca, las propuestas de acompañamiento canalizado nacen del autocuidado, del autoconocimiento. Enfocadas a sentir nuestra presencia, a disfrutar de ella y a compartirla con todos los seres sensibles.

¿Y si aparece el dolor?

“Permitamos que nos ayude a centrarnos, que nos sirva de algo…”

Bendiciones.