EL PODER TRANSFORMADOR DEL SÍMBOLO

Todo símbolo nos invita a conectar con un aspecto de nosotr@s mism@s, a veces muy claro, otras veces olvidado o desconocido.

En las sesiones de acompañamiento canalizado se revela el potencial transformador del símbolo.

Cuando en una sesión expresamos nuestra dificultad o dolor y permitimos que el símbolo se manifieste libremente sin querer controlarlo (sin querer saber al minuto lo que quiere decir), nos conectamos con el potencial transmutador que se encuentra justamente en nuestra aparente dificultad o dolor (en lo que llamamos veneno se encuentra lo letal y el antídoto a la vez). Al permitir que el símbolo despliegue su potencial como hace el pavo real al desplegar su cola, somos obsequiados con un abanico de infinitas posibilidades de autocuidado y de autoconocimiento.

Por ejemplo, el símbolo de la calavera puede conectarnos a simple vista con:  la muerte, el dolor, la escasez… Al profundizar en su simbología podemos llegar a sentir la abundancia de la transformación: de pasar de la muerte a un nuevo nacimiento. Como cuando al morir la oruga nace en mariposa.

Los símbolos son parte de nuestro presente los tengamos presentes o no.

En estas fiestas prenavideñas por ejemplo, podemos observar gran cantidad de símbolos a nuestro alrededor: el árbol, las luces en la noche, los villancicos…Nuestros sentidos reciben a lo largo del día impactos simbólicos que vamos elaborando consciente e inconscientemente…Símbolos algunos de ellos que se convertirán en códigos o bases inamovibles para cada un@ de nosotr@s.

Uno de los símbolos que se ha manifestado en una sesión de dibujo simbólico canalizado: “Dibujando con ángeles”, que realizamos una vez al mes de forma on line, es la imagen que comparto.

Al dibujarla conectamos con varias formas de vivir los significados simbólicos:

  • Desde la lógica: Aquello que puedo describir de forma razonable, ni más ni menos, aquello que mis ojos aparentemente ven…
  • Desde lo aprendido: Aquello que me han contado, que hago mío sin cuestionarlo.
  • Desde la intuición: Aquello que nace de mí puro…sin filtro (como hacen los niños), sin saber por qué.

Como experiencia simbólica nos invito a observar el dibujo con calma, a dejarnos sentir…A permitir que el movimiento del símbolo brote en nosotr@s. Incluso a cerrar los ojos, a dejar de leer, a tomarnos el tiempo de no querer saber.

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En mi caso el símbolo me conecta:

  • Desde la lógica: Con un rostro pegado a otro durmiendo, metidos ambos en unos círculos.
  • Desde lo aprendido: Con la idea de la virgen y el niño, lo religioso, lo inalcanzable…lo que otros dicen que es…
  • Desde la intuición: Con la infancia, la maternidad, la unidad, la divinidad, la calma, el amor incondicional, el femenino, lo que no veo…la inocencia…mi capacidad de acogida y regeneración.

Darme cuenta del poder transformador del símbolo hace que amplíe y expanda mi mente, que abra puertas, que me experimente de distintas formas. Que me de la oportunidad de vivirme totalmente VIVA.

Nos abrazo.

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